La generación Z es conocida como la más digital de todos los tiempos. Fuimos criados en una sociedad hiperconectada y con Internet como medio para alcanzar y alimentar nuestro conocimiento. Somos conocidos por nuestro amplio manejo de las tecnologías y nuestra capacidad de aprendizaje autodidacta.
La conexión entre nuestra generación y la tecnología es inevitable, vivir conectados es indispensable para nuestro desarrollo. os niños, adolescentes y adultos jóvenes debemos aprender el uso responsable de las tecnologías y los riesgos que implica la hiperconectividad sin seguridad.
¿Cómo nos mantenemos protegidos los nativos digitales?
La preocupación por resguardar nuestros datos ha ido en aumento. Sin embargo, nuestra alta exposición en redes sociales y actividades en línea nos hace vulnerables a estafas, robo de información y otros riesgos. En el ámbito laboral, tendemos a ignorar las mejores prácticas de seguridad, convirtiéndonos en una amenaza interna para la ciberseguridad de las compañías.
Siendo el capital humano de una compañía el principal factor de riesgo para las empresas, es importante crear estrategias que permitan en primer lugar la comprensión de los comportamientos de los colaboradores, y luego avanzar hacia la construcción de sistemas de seguridad que eduque y cree una cultura de ciberseguridad dentro de la compañía.
Desafíos a los que nos enfrentamos la generación Z
Enfrentamos desafíos como el ciberacoso, la privacidad de datos, la inexperiencia frente a estafas en línea y el riesgo de adicción a la tecnología. Es esencial crear estrategias que fomenten una cultura de ciberseguridad tanto a nivel personal como empresarial para mitigar estos riesgos.
El ciberacoso es una realidad frecuente en plataformas de redes sociales, aplicaciones de mensajería y otros espacios en línea. La naturaleza anónima de la internet nos expone a intimidaciones, acoso y difamación, impactando negativamente en nuestro bienestar emocional.
La privacidad y protección de datos también se perfilan como cuestiones cruciales. Al interactuar intensamente en redes sociales y servicios en línea, nos exponemos a riesgos de violación de privacidad y posibles incidentes de robo de identidad. La conciencia sobre la importancia de resguardar la información personal se vuelve esencial para mitigar estos riesgos.
La inexperiencia puede hacer que seamos más susceptibles a prácticas de phishing y estafas . Los estafadores aprovechan la falta de familiaridad con estos engaños para obtener información confidencial o realizar actividades fraudulentas.
La posibilidad de desarrollar adicción a la tecnología es un riesgo real. El uso extensivo de dispositivos digitales y redes sociales puede afectar la productividad, el rendimiento académico y la salud mental.
Conclusión
La interconexión entre nuestra generación y la tecnología es innegable, pero conlleva desafíos que van desde el ciberacoso hasta la adicción. Reconocer y abordar estos desafíos mediante la educación y la implementación de prácticas de seguridad es fundamental para protegernos y aprovechar los beneficios de la era digital.
Leonardo Matus, Analista L1 de Security Advisor
Nicolás Reinoso, Analista L1 de Security Advisor
Tatiana Bodini, Project Manager de Security Advisor
